SVS y la Libertad de Expresión

Como el tema me alude directamente, me haré cargo.

Una característica común en cualquier dictadura es el control sobre los medios de comunicación. La opresión contra un medio contrario al régimen normalmente es directa, y muchos no logran sobrevivir, o si lo hacen es bajo condiciones de clandestinidad. Subsisten, por el contrario, los zalameros. Control sobre el cuarto poder. En democracias débiles, en cambio, los ataques son indirectos, “a la maleta”. Golpes sutiles de daño similar o mayor que los otros, porque son parte de nuestro equilibrio de la mediocridad.

La reciente denuncia que diario Estrategia publicó el lunes 4 de abril, relativa a la discriminación sufrida por parte de la SVS en la entrega de información de interés público, es repudiable y constituye un atentado grave a la libertad de expresión. Plantear que “fue una decisión que tomamos, tal como ustedes (Estrategia) toman la opción de escribir por ejemplo D’Artagnan” es un infantilismo que tira por el suelo a una institución que se preocupa que las empresas entreguen información veraz y oportuna. En casa de herrero cuchillo de palo. La carta del Superintendente es la típica conducta que busca eludir el tema de fondo mediante el cumplimiento de formalismos que no dan respuesta.

Como el tema me alude directamente, me haré cargo.

Algunas de mis columnas han denunciado sin ambigüedades que la SVS ha sido negligente en varios puntos; entre ellos, en mi última columna se señala su participación en permitir el funcionamiento de las compañías de seguros de vida bajo condiciones que no podrían pagar las rentas vitalicias a los pensionados.

Sepan, señores, que la forma de atacar en un duelo de caballeros es de frente. Esto significa que si no están de acuerdo con mis planteamientos y creen que estoy equivocado, la forma civilizada es que ustedes den sus argumentos y expliquen. Pero no lo hacen, ni en privado ni en público. Me consta. Atacar el derecho de informar de Estrategia es, por decirlo suave, actuar a lo mafioso.

Sépase también, que toda frase de mis columnas ha sido cuidadosamente pensada. Yo no lanzo afirmaciones ni acusaciones al voleo. Todo tiene respaldo con estudios, análisis y cifras de apoyo. Y lo que escribo, es porque estoy plenamente convencido de que estoy en lo cierto. Escribo mis columnas con el fin de aportar a las políticas públicas para corregir un modelo que se mal implementó en Chile, que produjo un equilibrio que nos ha entrampado en el ingreso medio, que generó una gran autocomplacencia en la élites, y lo peor, se creyó transversalmente que era el modelo original, con la consecuente crítica de todos los sectores.

Utilizo el seudónimo de D’Artagnan porque no quiero fama personal; no me interesa. Tampoco quiero que por desviar el foco de lo tratado en las columnas se utilice el barato recurso de la falacia Ad Hominem.

Elegí mi nombre porque es un espadachín que lucha por ideales. Ideas y acciones concretas con la espada; no quise dármelas de Platón, y estar sentado todo el día reflexionando. No me gusta divagar, filosofar sobre la inmortalidad del cangrejo, la crítica sin sentido ni la prosa de lugares comunes. Es cierto que las ironías pueden causar ronchas, pero he elegido este estilo para que temas de cierta profundidad puedan ser leídos en forma amena por todos y, si se dan cuenta, las columnas tienen lo que desde mi punto de vista se requiere hacer para corregir el rumbo. En el fondo les hago un servicio, gratis.

En nuestro país existe un aberrante Ménage (à deux, à trois, à quatre…?) en los principales medios de prensa escrita que forma parte fundamental del cómodo y mediocre equilibrio imperante, siendo serviciales al sistema a cambio de generosa retribución. No existe una apropiada imparcialidad ni independencia. Se inflan/desinflan noticias en función de los intereses colectivos. No separan la línea editorial de la línea comercial. No se van -con el ímpetu que deberían- en contra de los que pagan la cuenta a fin de mes. Ejemplos sobran ¿Creen ustedes que mis columnas podrían ser publicadas en otros diarios que por mucho menos han aplicado tijeras? ¿Creen ustedes que en esta pasada ellos les van a prestar ropa a Estrategia o minimizarán el asunto y ni siquiera le dedicarán 140 caracteres? Sería bueno que trataran en forma destacada este tema y también las prácticas habituales en el mercado de impresión y distribución de los diarios. Algún día tendrán que dar explicaciones en congresos internacionales y en tribunales superiores.

Sí, en Chile muy pocos medios de comunicación escritos pueden ser calificados de independientes.Estrategia es uno de ellos y claramente se enfoca en las políticas públicas.

Agradezco a Estrategia la tribuna sin censura que me ha dado y lo felicito e insto a mantener su línea editorial. Por mi parte espero, Dios mediante, sea este sólo el comienzo, para que todo ciudadano se sienta identificado y pueda decir libremente Je suis D’Artagnan.

D’Artagnan

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